La Jefa de la Oficina Regional de Arica y Parinacota, Tania González Pizarro, nos cuenta cómo la tecnología y una fiscalización en terreno con todas las medidas de seguridad han sido clave, en una zona donde las denuncias bajaron 19% respecto al año anterior. Este 2020, hubo un foco importante de fiscalización a las Plantas de Agua Potable Rural, que permiten el uso del vital elemento en zonas aisladas.

-¿Qué evaluación hace de 2020 para la SMA en su Región?

R: Sin duda este año fue muy diferente para todas las regiones. En nuestro caso, nos permitió fiscalizar proyectos inusuales y repensar nuestro accionar como oficina.

Quisiera destacar el uso de la tecnología, que nos aseguró seguir en contacto con la comunidad a través de plataformas virtuales y tener una mejor llegada, pudiendo sumar hasta 250 personas por vez, mientras que la oficina no nos permite reunir esa cantidad de gente. Esto genera no sólo lazos con la comunidad sino también ir mostrándoles la institucionalidad ambiental, lo que también ha sido traspasado a grupos ambientalistas y comunidades, explicando y clarificando qué tipo de funciones tiene la SMA.

Quisiera destacar nuestra participación en instancias como la Mesa de Pesca de la Región de Arica y Parinacota, donde asisten los sindicatos pescadores y recolectores de orilla. Situación que nos permitió entrar en un nuevo grupo objetivo, explicándoles la fiscalización ambiental al borde costero y los resultados de procesos emblemáticos como lo fue la Fiscalización de Golden Omega, a la que si bien se le inició un procedimiento sancionatorio, planteó medidas y metas específicas en su Programa de Cumplimiento en curso y que constantemente debemos fiscalizar que se cumpla.

-¿Qué áreas son las que más fiscaliza en su zona y por qué?

R: Esta región es variada, posee agricultura, minería, un sector pesquero importante, y una gran inversión pública que se somete al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). Sin embargo, el componente minero posee una mayor complejidad debido a la distancia y altura de las Unidades Fiscalizables. En estos casos generalmente acudimos a terreno con los servicios de la Red Nacional de Fiscalización Ambiental (RENFA). Este año ha sido más complejo por la pandemia, pero igualmente hemos fiscalizado, tomando todos los resguardos sanitarios del protocolo Covid, y usando la herramienta tecnología de requerimientos de información a empresas, lo que permite el análisis de la data que proporcionan sobre sus compromisos ambientales.

Hemos mantenido la relación de comunicación y capacitación con los titulares de distintas empresas, sobre todo con mineras, porque los efectos medioambientales de este sector son siempre importantes, siendo crucial que conozcan y cumplan a cabalidad las medidas medioambientales de sus proyectos.

Además, en este año en particular, hemos estado no sólo fiscalizando los grandes proyectos con mayor impacto, como mineras, sanitarios y pesqueros, sino que hemos ido las Unidades Fiscalizables que aún no habíamos logrado abarcar en la región. Por ejemplo, tenemos proyectos con impacto social, como las Plantas de Agua Potable Rural. En un año de pandemia por Covid-19, donde hay mucho uso de agua para la higiene de manos, estas plantas dan acceso al agua a las comunidades más alejada, han sido un foco dentro de las 45 actividades de fiscalización que hemos realizado este año.

“Este año quisimos llegar a proyectos con impacto social y conocer las condiciones ambientales en que se desarrollan, como las Plantas de Agua Potable Rural. Cubrimos desde el hito tripartito en Visviri, desarrollando una mayor cobertura territorial en la región”.

-¿Qué se fiscaliza en esas plantas de agua potable rural?

R: Estas instalaciones cuentan con Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA) antiguas, de las primeras del SEIA, las que se sometieron a una evaluación voluntaria, haciendo compromisos ligados al hecho de la transferencia de competencias y no sólo tecnológicas a los Comité de Agua para que puedan operar dichas plantas. En ese sentido, hay un impacto directo sobre cómo se administra y opera la infraestructura, así como también el uso que le dan al recurso hídrico.

Nos encontramos con plantas que usan tecnología solar para su operación, como la de Visviri, y que son un buen ejemplo de tecnologías limpias.

Este año quisimos llegar a proyectos con impacto social y conocer las condiciones ambientales en que se desarrollan. Cubrimos desde el hito tripartito en Visviri, desarrollando una mayor cobertura territorial en la región.

Caen las denuncias en 2020 por efecto de la prolongada cuarentena

-¿Cómo ha percibido las denuncias de la ciudadanía en su zona?

R: Este año hemos tenido una menor tasa de denuncias a años anteriores. Eso está ligado a que estuvimos mucho tiempo en Cuarentena y con muchas actividades paralizadas. Incluso, habilitamos un mural de acceso en nuestra oficina, con formularios impresos, lápices, folletería, de modo que cuando fueran a la oficina, las personas pudieran llevar toda la información y subir la denuncia por las plataformas digitales establecidas.

Aun así, tuvimos varias que no eran de competencia nuestra y gestionamos los canales pertinenetes con la Municipalidad o con la Seremi de Salud, entre ellos, ruidos por fiestas en casas, por ejemplo, que están prohibidas en periodo de cuarentena y que no entran dentro del D.S. 38/2011 (Norma de ruidos de fuentes fijas) que fiscalizamos, entre otros.

-Entonces, ¿bajaron las denuncias al año?

R: Sí, hasta ahora bajaron, ya que en general tenemos un flujo entre 50-70 denuncias al año, y llevamos cerca de 40. Aquellas relacionadas a ruidos molestos de fuentes como pubs, discotecas, son comunes todo el año por el buen clima de la zona, donde las terrazas funcionan normalmente todo el año.

-¿Cambiaron las denuncias a otros temas?

R: Nos dimos cuentas que muchas denuncias no están asociadas a instrumentos de gestión ambiental, sino que más en bien el ámbito de la convivencia de vecinos.

Hay otras contra empresas, que estamos analizando si existen casos de elusión al SEIA o que tienen impactos ambientales mayores. Algunas están en etapa de investigación y cuando sea pertinente, se comunicarán los resultados a la ciudadanía.

Educación ambiental para la comunidad y las empresas

-¿Cómo visualiza las actividades para el 2021?

R: Queremos seguir trabajando en el ámbito de la educación ambiental de la comunidad y de las empresas. Acercar la SMA a la gente, no sólo pensando en cómo denunciar, sino en el buen comportamiento ambiental de empresas y ciudadanos. Quisiéramos tener una ciudadanía más informada de sus derechos y deberes. A nivel de capacitaciones a empresas, éstas deberían acercarlas las mejores prácticas ambientales, y sobre todo y como base, cumplir con el debido permiso ambiental. Sin duda, seguiremos con la fiscalización, in situ, en todos los lugares de la región. Tenemos realidades muy contrastantes entre el altiplano y la costa. Esperamos llegar a la fiscalización ambiental a todos esos grupos donde no se ha llegado con fiscalización en terreno, considerando que nuestra oficina es aún pequeña, pero tenemos todas las ganas de crecer y entregar el mejor servicio a los ariqueños y parinacotenses.