En octubre pasado, 17 servicios públicos con facultades fiscalizadoras nos reunimos para abordar el trabajo conjunto realizado en estos últimos 12 meses y fijar los desafíos para 2025. El encuentro -realizado por quienes integramos la Red Nacional de Fiscalización Ambiental de Chile (RENFA)- nos permitió definir líneas de colaboración y conocer las principales preocupaciones y materias que debemos fortalecer para lograr un mejor monitoreo en asuntos ambientales.

Esta colaboración es importante por distintos aspectos: nos permite facilitar el intercambio de información; tener un enfoque que integra perspectivas de diferentes áreas; hacer un uso eficiente de los recursos públicos que siempre son escasos; y fortalecer las capacidades de las instituciones y sus funcionarios. Esto entre muchos otros beneficios.

Recientemente, nos reunimos con toda la RENFA para afianzar la coordinación y acordar el plan plurianual de fiscalización (2025-2027). Hay un compromiso firme de todos los servicios de avanzar en eficiencia y eficacia, con el fin de incidir en la mejora en el cumplimiento ambiental.

A la fecha, el trabajo de la RENFA ha sido clave para la coordinación operativa en los procesos de fiscalización. Esto ha permitido, por otra parte, robustecer técnicamente a las funcionarias y funcionarios que desempeñan estas actividades, además de generar estrategias concretas para abordar mejor ciertos sectores complejos.

Esta colaboración intersectorial, sin embargo, no es la única que ha propiciado la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA). También en octubre pasado, se llevó a cabo en nuestro país un nuevo encuentro de la Red Latinoamericana de Fiscalización y Cumplimiento Ambiental (REDLAFICA) -que Chile preside desde el año 2023 al 2025- donde 21 países de la región se reunieron para intercambiar experiencias y estrategias, compartir situaciones complejas, mecanismos de respuestas y avances desarrollados.

La participación de Chile en REDLAFICA, junto con la colaboración con otros organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo, GIZ, INECE, no ha sido en vano y ha traído frutos concretos y un fortalecimiento importante de las capacidades de quienes son parte de la institución.

Gracias a estas redes de fiscalización, la SMA ha sido parte de distintas discusiones, y ha conocido otras realidades y respuestas. Esto nos ha demostrado que, en el mundo interconectado de hoy, los desafíos ambientales trascienden las fronteras y requieren respuestas colectivas. En un contexto de emergencia climática, podemos decir entonces, que la fiscalización ambiental será siempre más efectiva si se aborda desde la cooperación y colaboración.

Columna publicada en InduAmbiente n° 190 (septiembre-octubre 2024), página 38.